Adoras a tu gato, para ti no hay minino igual, le das y te da todo el cariño del mundo…pero tienes el sofá y algunos muebles de casa destrozados por culpa de sus uñas… Le riñes, le has comprado rascadores, pero no has conseguido nada… ¡¡ya no sabes qué hacer!!
Los gatos arañan por un instinto natural
Antes que nada… no te enfades con tu gato porque arañe los muebles. El rascado es un instinto natural que no puede evitar, y por lo tanto no hay que reñirle por eso… ¡¡a no ser que le pilles en pleno rascado, claro!!
Razones por las que los gatos rascan
Mucha gente piensa que los gatos rascan para afilarse las uñas, pero en realidad hay varios motivos por los que lo hacen:
Para marcar territorio.
Si tu gato rasca el sofá, o tiene destrozado tu mueble preferido, en realidad está avisando a cualquier otro animal que pueda aparecer de que ese sofá o mueble le pertenece. El rascado, además de dejar marcas visibles, también impregna su olor para que pueda ser detectado por otros gatos o animales.
Para estirarse.
Es frecuente que los gatos rasquen en algún mueble u objeto cercano a su lugar de descanso. De hecho lo primero que hace un gato cuando se despierta es estirarse y rascar las uñas.
Para liberar estrés.
Rascar no deja de ser un tipo de ejercicio físico que implica un esfuerzo y le sirve para descargar y liberar ansiedad y estrés.
Y sí, para afilarse las uñas también.
El gato es un animal que ama acicalarse y ponerse guapo. Igual que se lamen para limpiarse, rascan sus uñas para afilarlas, limpiarlas y darles forma,
Le has comprado rascadores y no ha dado resultado
Como se suele decir, los gatos son muy suyos, y sólo hace falta que tú quieras que haga algo para que haga lo contrario. Por eso, si tu gato está rascando, aunque te recomendamos que compres uno o varios rascadores, tómate un tiempo antes para observarlo:
¿Qué objeto le gusta rascar?
¿Dónde está situado?
Si conoces cuáles son las preferencias a la hora de rascar, le podrás proporcionar opciones similares pero adecuadas.
Soluciones eficaces para evitar el rascado inadecuado
Una vez hayas observado cuáles son los objetos que le gusta rascar a tu gato, dónde están situados y qué textura tienen, ponte en marcha para revertir la situación:
Cambio de ubicación.
Es posible que el gato rasque un objeto o mueble determinado porque le gusta el lugar dónde está ubicado y quiere marcar allí su territorio. Si puedes cambiar el objeto de lugar, ese es un primer buen paso. Aunque no siempre será posible, sobre todo si se trata de un mueble pesado o un sofá.
Limpia a fondo el objeto o mueble que rasca tu gato.
Recuerda que si el gato rasca por marcaje, el objeto tendrá marcas olfativas y será más difícil que se olvide de él.
Cubre los muebles que está rascando tu gato.
Si no es posible mover los objetos que tu gato rasca, puedes cubrirlos (durante un tiempo y mientras se acostumbra a los rascadores) con alguna tela o textura que no le resulte tan agradable, como plástico por ejemplo. También puedes rociarlos con aerosoles especiales que para él resulten desagradables. Hay varios en el mercado y pueden ser muy útiles. (remitir a aerosoles)
Distribuye rascadores en sus lugares preferidos.
Sería bueno disponer de uno o varios rascadores (en función de sus preferencias) que sean lo más parecidos a los lugares que les gusta rascar, y que los coloques cerca de éstos. Los hay de diferentes tipos, en horizontal, en vertical, en forma de alfombra o esquineros como los sofás. Procura que sea un rascador estable, con base amplia y con la textura que más le guste: cuerda, cartón, moqueta…).
También puedes frotar los rascadores con hierba gatera o catnip para que le resulten más atractivos.
Si tienes más de un gato, es importante que pongas más de un rascador, recuerda que para ellos es importante el territorio y no les gustará compartirlo.
Cuando consigas que use el rascador, prémialo.
El refuerzo positivo es lo más eficaz. El gato irá asociando que usar el rascador tiene recompensa, y por lo tanto eso es lo que hará.
Por desgracia muchos gatos han sufrido extirpación de sus uñas para evitar rascados inadecuados, aunque por suerte cada vez menos. De hecho en España, menos mal, es una práctica prohibida por ley. Sabemos que un amante de los animales como tú nunca lo haría.